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jueves, 5 de marzo de 2015

Reto de Lectura 2015 - Un romance clásico: Persuasión, de Jane Austen

Esto en realidad lo escribí el 15 de febrero. No sé por qué no he sacado ni un rato para publicarlo antes... Ah, bueno, sí lo sé: Suzanne Collins. Pero de eso ya hablaremos.

Esta no es la edición que yo he leído... ¡pero la portada mola un montón!

No es que quisiera ser tan predecible, pero seamos claros: en el primer momento que vi esta categoría en la lista sabía a qué autora iba a recurrir. Podría decir que consideré varias opciones, y supongo que sería verdad si por “considerar varias opciones” entendemos “ir a la lista de novelas de Jane Austen y elegir una”. Tanto que decía que después de la carrera necesitaba un respiro, y al final he tardado menos de seis meses en volver a la literatura inglesa.

Por esta introducción podría parecer que soy una devoradora compulsiva de libros de Jane Austen y que por eso tenía tan clara mi decisión, pero lo curioso es que en realidad solo he leído dos. Contando éste. Sé que parece un poco absurdo mostrar tanto entusiasmo por una autora de la cual has leído tan poco, pero cuando uno de esos libros se ha convertido en uno de tus favoritos de todos los tiempos, eso de ser objetiva se vuelve un poco complicado.

También es curioso que, habiendo leído antes solo Orgullo y prejuicio (escrita por Jane Austen a los veinte años), mi siguiente opción haya sido precisamente Persuasión: su último libro, que de hecho se publicó póstumamente. Es curioso porque al comparar ambas obras se ven algunos elementos comunes (tanto en temática como en personajes, e incluso en partes del argumento), pero al mismo tiempo se percibe el crecimiento que hay entre una y otra. La Jane Austen que escribe Orgullo y prejuicio en 1797 no es la misma mujer, ni la misma escritora, que firma Persuasión en 1816. La protagonista también es mayor en esta última, más madura, y su conflicto no es el de una jovencita que experimenta las emociones del enamoramiento por primera vez, sino el de una mujer que, después de ocho años, tiene una oportunidad para recuperar al amor de su vida.

Hay quienes critican las historias de amor de Jane Austen por ser demasiado racionales y no lo suficientemente “apasionadas”, en el sentido de que este tipo de relaciones quizá estaban muy bien para el siglo XIX pero que ahora han pasado de moda: hoy lo que se llevan son las pasiones desenfrenadas, las emociones que no se pueden explicar y las fantasías románticas. Hay que desmelenarse más, hombre, que eso es lo moderno, ¿no? Pues no. No estoy de acuerdo. ¿Por qué una persona tiene que apagar su cerebro a la hora de enamorarse? ¿Por qué es menos romántico pensárselo dos veces antes de dejar que otro ser humano tenga acceso a tus sentimientos más íntimos? No me malinterpretéis, por supuesto que las emociones también son importantes y que no se trata de empezar una relación con alguien única y exclusivamente porque “racionalmente” parezca lo más sensato, pero parece que humanamente nos tira más el otro extremo. Habrá quien me diga que “es que es solo ficción, y la ficción no es para ser realista”, pero por mi parte no invertiría tanto tiempo e interés en algo tan aparentemente trivial como leer novelas y comentarlas si no creyera que la ficción es una parte muy importante de lo que creemos, pensamos y somos.

Me he ido por las ramas, pero es que justo me coincidió esta lectura con el furor de San Valentín y claro, semejante contraste en algunos aspectos hace que me apetezca protestar un poco. Empiezo a entender por qué a menudo se describe a Jane Austen como “antirromántica”. Bueno, todo esto venía a cuento para decir que lo que más me gusta de Persuasión es precisamente esa madurez a la hora de enfrentar los sentimientos amorosos y tomar decisiones en cuanto a ellos, y aunque no puedo negar que en el libro echo en falta más interacción entre los dos protagonistas en vez de tanta charla familiar y dilemas económicos, sigue siendo una lectura muy recomendable.

¡Ah!, un último detalle. Hay dos versiones del capítulo inmediatamente anterior al final de la historia, ambos incluidos en mi edición. Personalmente me quedo con la versión que finalmente quedó en el libro (ay, ese momento de la carta…), pero la versión alternativa tiene detalles que también me gustan, algunos incluso más. ¿Con cuál os quedáis vosotros?

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