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lunes, 19 de octubre de 2009

Pincelada de arte - Cartas del diablo a su sobrino, de C.S. Lewis

Como veis, y aunque publique esto con un dia de retraso, estoy recuperando un poco el ritmo del blog... Aunque tampoco voy a lanzar las campanas al vuelo, que luego siempre tengo malas rachas y esto se queda bastante muerto durante eones, pero la esperanza es lo ultimo que... (blablabla xD).



Tengo una serie de libros de cabecera sobre los que quiero escribir aquí y todavía no está completa, sin ir más lejos sigo teniendo pendiente “El Señor de los Anillos”. Hubiera quedado bien hacerlo hoy y así ocupo las dos últimas pinceladas con el mismo tema, pero resulta que la última semana hubo algo, no recuerdo qué, que trajo a mi memoria el libro que ocupa hoy esta entrada. Y es necesario que hoy me explaye un poco (no os asustéis) sobre Cartas del diablo a su sobrino, de C.S. Lewis.

Hablando de este escritor, probablemente conozcáis su nombre, aunque sea de oídas. Es posible que hayáis visto la reciente saga cinematográfica basada en sus novelas más famosas, o que las hayáis leído. C.S. Lewis es, efectivamente, el autor de “Las Crónicas de Narnia”. Pero si creíais que su obra literaria acaba ahí, estáis más que equivocados… y por ello hoy quiero comentar uno de sus trabajos, que es, sin duda alguna, uno de los libros más geniales e inteligentes que he leído en mi vida.

Cartas del diablo a su sobrino es una novela epistolar que narra los intentos de destrucción que ejerce un demonio sobre un humano a través de una serie de cartas que este demonio joven e inexperto, Orugario, recibe de su anciano tío Escrutopo. En ellas, éste aconseja e instruye a su sobrino sobre los métodos que debe utilizar para conseguir ganarse el alma del muchacho.

Nos encontramos ante uno de esos libros que se pueden leer más de una vez y seguir encontrando detalles nuevos, ya que, pese a su brevedad, las Cartas hablan de muchísimos temas concernientes a la vida cristiana, las tentaciones, los engaños… y desde un punto de vista que resulta, cuanto menos, curioso. Si nos paramos a pensarlo, realmente la historia en lo que atañe al “paciente” de Orugario (como el viejo Escrutopo llama al joven cristiano) no es algo que nunca hayamos visto, está llena de elementos cotidianos y de situaciones que más de uno ha vivido en su propia piel.

Y todavía más que lo que cuenta, la genialidad de este libro radica precisamente en CÓMO lo cuenta. Página por página nos adentramos en una obra literaria que rebosa ingenio por todas partes, un asombroso ejercicio intelectual y espiritual por el cual no puedo menos que quitarme el sombrero para expresar mi admiración. Quizás por lo que he dicho podría deducirse que el libro es un muermazo que sólo los doctos y eruditos pueden disfrutar, pero no es así: las Cartas tienen, además de un original estilo narrativo atrevido, un sentido del humor irónico y avispado que, junto al hecho de que no sea una novela demasiado larga, lo convierten en un libro bastante ameno. Entendedme, no es uno de esos best-sellers entretenidísimos de principio a fin que tanto éxito tienen ahora (y que a mí también me encantan, ojo), pero de ninguna manera se hace una lectura pesada.

Es sorprendente leer el prefacio de este libro, pues a través de las palabras del propio autor, una comprende que no se tomó este trabajo a la ligera. Así queda demostrado en estas palabras citadas textualmente, en cuanto a lo que C.S. Lewis dijo sobre la continuación que sus lectores le pidieron para las Cartas:

Aunque nunca había escrito nada con tanta facilidad, nunca escribí con menos gozo […] Aunque era fácil adoptar la actitud mental de un diablo, no resultada divertido, o no por mucho tiempo. El esfuerzo me producía una especie de calambre espiritual: mientras hablaba por Escrutopo, tenía que proyectarme a un trabajo que no era sino polvo, arena, sed y picor; cualquier atisbo de belleza, frescor y cordialidad tenía que ser excluido. Casi me ahogo antes de acabar el libro; hubiera ahogado a mis lectores si lo hubiese prolongado.
Podéis llevarme la contraria si queréis (estoy dispuesta a debatirlo), pero en mi opinión… esto son las palabras de un genio.

Recomendadísima lectura, y como ya he dicho antes, incluso para leer más de una vez. Animaos!

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