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jueves, 8 de octubre de 2015

Y nos dieron las diez, y las once... y a lo tonto, las cien

Sé que llevo bastante tiempo sin actualizar el blog, pero esta vez hay una explicación. Sí, lo sé, siempre tengo una “explicación” para mis etapas de inactividad, pero… ¡esta vez es una explicación lógica! Bueno, más o menos.

El caso es que he retrasado un poco esta publicación porque… bueno, se trata de una entrada un poco especial, y en consecuencia quería hacer algo especial con ella. ¿Y por qué? Porque ésta es la entrada nº 100 del blog El arte de soñar. Así es: desde que empecé a escribir en esta plataforma, allá por el año 2009, he escrito cien textos (unos más largos, otros más breves) que he ido compartiendo por aquí. Y para el que ya esté echando cuentas para ver cuánta frecuencia supone eso de tener cien entradas en seis años, ésta es mi respuesta:


Bromas aparte; sí, es cierto que cien entradas desde el año 2009 no indican una productividad muy impresionante que digamos, pero ¡oye!, las pequeñeces también merecen ser celebradas. Estoy contenta de poder decir que, si bien he tenido épocas de mucha sequía (si os fijáis en el archivo del blog al lateral de esta página veréis el ejemplo más claro en el año 2012, en el que sólo publiqué tres entradas), a día de hoy sigo dándole uso a este blog. También, aunque este año sea un poco particular por el reto de lectura que estoy siguiendo, me alegra ver que con cuatro entradas más podré coronarlo como el año más activo de este blog, superando por fin al primero. En serio, ¿qué desayunaba en 2009 para escribir tanto?

Y sobre todo, me alegro de poder ver cierta evolución entre las primeras entradas y las más recientes. No voy a decir que sea una cosa exagerada, pero bueno, al menos ha habido algo de crecimiento en varios sentidos. En conjunto este blog me enseña, entre otras cosas, que estoy en medio de una aventura muy interesante donde lo más importante no es el camino que se queda atrás, sino el que se va haciendo al andar, como decía Machado.

Algunos estaréis pensando: «¿dice que quería currarse esta entrada y lo único que ha hecho son dos párrafos del discurso nostálgico de plantilla?». Pues… sí y no. En realidad hay algo más, y nada mejor que la entrada número 100 para anunciarlo: he decidido crear otro blog aparte de éste:


La diferencia es que este nuevo blog estará escrito completamente en inglés. Como muchos sabéis, he estudiado este idioma durante cuatro años de carrera y, la verdad, me da un poco de pena ver que después de un año de graduada se me vuelve a hacer cuesta arriba usarlo a la hora de escribir. Con la falta de práctica es normal, claro, pero me gustaría seguir mejorando un poco mi inglés escrito a través de la creación de nuevos textos, y ésta me parece una buena manera de hacerlo.

Si sabéis inglés y tenéis curiosidad, echadle un vistazo. No voy a mentir, como escribir en una lengua extranjera me cuesta el doble de esfuerzo seguramente lo actualizaré con menos frecuencia que éste (sonamos…), pero procuraré pasarme de vez en cuando aunque sea para limpiar telarañas. Y si algo de lo que leéis os gusta y queréis compartirlo, os lo agradeceré infinitamente.

¡Ahora sí!, muchas gracias por leer esta entrada y varias de las noventa y nueve anteriores. Durante la próxima semana me iré poniendo al día con las lecturas que he reseñado y que tengo pendiente publicar, empezando por la obra del señor Washington Irving. Que no se diga

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