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domingo, 6 de septiembre de 2009

Pincelada de Arte - El Príncipe de Egipto

A ver, ¿tiene sentido, ya a estas alturas, que me disculpe? No, ¿verdad? Pues ea xD.



El Príncipe de Egipto es un largometraje de animación creado por los estudios de Dreamworks Animation en el año 1998. Dirigido por Simon Wells, Steve Hickner y Brenda Chapman, esta película es una adaptación al cine del relato bíblico narrado en el Éxodo, sobre Moisés y la liberación de los isrealitas.


El guión, escrito por Kelly Asbury y Lorna Cook, se toma ciertas licencias en cuanto a la fidelidad al relato. Me refiero a cosas como la relación fraternal entre Moisés y su hermanastro, la personalidad de Aarón, el hecho de que el propio Moisés aparente cuarenta años cuando según la historia contaba con ochenta cuando se desarrollaron estos acontecimientos… y, sin embargo, me voy a permitir decirlo de una forma muy clara: aún no he visto una adaptación de un relato bíblico mejor hecha.


¿A qué me refiero? Simplemente, seamos sinceros, la gente de Hollywood es muy lista. La propuesta de adaptar una historia de la Biblia tan popular como ésta debía presentarse difícil, más aún tratándose de un filme de animación, con los riesgos que ello conlleva. El proyecto podría haber acabado en un desastre: podrían haber cedido a los típicos tópicos de las películas animadas, podrían haber destrozado el relato introduciendo elementos infantiles que no venían a cuento, podrían haber omitido pasajes de la Biblia que la crítica pudiera considerar políticamente incorrectos por su crudeza, podrían haber dibujado personajes guapísimos y americanizados para asegurarse cierto éxito comercial… Ese tipo de cosas en las que muchos directores de películas animadas acaban cayendo irremediablemente, ya que, por desgracia, todos parecen tener metida en el coco esa muletilla de: “al fin y al cabo es para los niños, y ellos no se van a fijar en los detalles”.



Pero no. El Príncipe de Egipto se aleja de todo eso, construyendo una obra de arte que a día de hoy me sigue dejando con un nudo en la garganta. No es una adaptación literal, ni falta que hace, ya que sigue conservando el tono y el espíritu de la historia en todo momento. Los artistas escogieron un tipo de animación muy diferente de todo lo visto hasta entonces en el cine americano, con un estilo y diseños más “adultos”, por decirlo de algún modo. Los fondos, desde luego, son una belleza, una recreación del paisaje egipcio que corta la respiración.


El guión es fluido, no aburre en ningún momento pero tampoco avanza a trompicones, sino que se detiene el tiempo justo en las escenas que más lo precisan. Los diálogos son inteligentes y maduros, véase como ejemplo la abrumadora frase “ningún imperio debe levantarse sobre la espalda de los esclavos” o la maravillosa escena de la conversación entre Dios y Moisés. Y también diré que una de las virtudes de esta película es precisamente que los personajes no son los típicos “bueno buenísimo + malo maloso + extras”, sino que están llenos de matices que los hacen tremendamente humanos.


Y he dejado para el final la que creo que es, probablemente, la joya que corona esta preciosa película… y esa joya se llama HANS ZIMMER. Este magistral compositor, que ya antaño nos deleitó con una música tan mágica como lo es la banda sonora de “El Rey León”, se vuelve a lucir en esta película: todas y cada una de sus composiciones son SUBLIMES.


“El Príncipe de Egipto” es, lo diré todas las veces que haga falta, la primera y más grande obra de Dreamworks, y aun así la más olvidada (oh, me pregunto por qué… ¬¬). Es lo que se llama entrar por la puerta grande. Este estudio de animación no ha vuelto a hacer algo que me emocione de tal forma, pero supongo que los diamantes en bruto son así… es imposible buscarlos, simplemente te topas con ellos, y eso te ocurre una o dos veces en la vida. Así que, desde este humilde blog, mi más sincero aplauso para todos los artistas que trabajaron en la que, a día de hoy, se encuentra en mi Top 5, no sólo de películas de animación, sino de cine en general.

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