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martes, 20 de enero de 2015

Reto de Lectura 2015 - Un libro con más de quinientas páginas: Rojo y negro, de Stendhal

(Antes de nada, aclaro que no voy a seguir el orden de la lista que os compartí en la entrada anterior, entre otras cosas, porque el número 4 es “un libro publicado este año”, y no le veo emoción a elegir solo entre los títulos publicados en enero. Bueno, sigamos xD).

*Esta es la edición que he leído.

Ya que este reto implica que yo misma elijo los libros que voy a leer, me gustaría empezar cada reseña diciendo por qué he escogido esa lectura en concreto. Esta obra de Stendhal la elegimos Bárbara y yo, pero me animé especialmente al leer la contratapa del libro: novela de ambición y amor, Francia, siglo XIX… Teniendo en cuenta mis emociones hace dos años al leer Los miserables, que ahora es una de mis novelas favoritas, puede imaginarse mi entusiasmo (y para leer un libro de quinientas ochenta y nueve páginas, el entusiasmo es algo esencial).

Esta historia se inspira en un episodio verídico que ocurrió en 1827, pero eso no me afectó mucho a la hora de leerla, porque me ahorré saber los detalles de ese relato hasta después de terminar la lectura: prefería empezar desde cero, sin saber nada que no me revelara la ficción. Lo que sí me afectó, y lamento tener que sonar irrespetuosa con un clásico literario, fue mi falta de interés durante la mayor parte de la novela. Sí, me temo que ese es mi resumen más claro: me ha resultado poco interesante. Quizá me falte contexto, o quizás sea un poco ignorante para saber apreciarlo, pero el caso es que durante más de la mitad del libro sabía perfectamente que continuaba leyendo por compromiso y nada más. También diré que las notas a pie de página del editor explicándome qué quería decir el autor con el color rojo de las cortinas no ayudaron mucho, sinceramente.

Debo decir que más o menos en las últimas ciento cincuenta páginas o algo así, la cosa cambia: por fin empecé a sentir que el libro tiraba de mí y no yo de él, y la verdad es que esos veinte capítulos que van hasta el final me engancharon bastante y consiguieron que me importasen más los personajes. Pero veis el problema, ¿no? Las últimas ciento cincuenta páginas… de un libro de casi seiscientas. Todo lo que ocurre anteriormente es importante para que lo que ocurre al final tenga sentido, no os lo discuto, pero a mí la verdad es que se me hizo un poco interminable. Y la parte final es más interesante, sí, pero tampoco es que gracias a ella se convierta en mi libro favorito.

Aun así, no diría que he perdido el tiempo leyéndolo, ni mucho menos. Si tienes paciencia para superar algunos de los fragmentos más pesados y para pasar por alto las interminables idas y venidas en los sentimientos de los personajes (tengo curiosidad por el análisis que haría un psicólogo de Julien Sorel, el protagonista, porque la cosa a ratos es de estudio), y si no te supone un problema leer libros largos con un ritmo más bien lento, supongo que te recomendaría darle una oportunidad. Eso sí, mejor verlo como una historia sobre la ambición humana que como una historia de amor.

Y debo decir también que yo, solo por este párrafo, tendría que decir que ha valido la pena la lectura:

La política es como una piedra atada al cuello de la literatura, que, en menos de seis meses, acaba hundiéndola. La política en medio de las cosas de interés imaginativo es como un disparo en mitad de un concierto. Es un ruido que, sin ser enérgico, desgarra. Desentona con cualquier instrumento. La política ésta va a molestar enormemente a la mitad de los lectores, y a aburrir a la otra, que en el diario de la mañana la encontró, por el contrario, adecuada y enérgica.

En resumen, y por supuesto hablando desde mis gustos personales, un tanto aburrido, pero con cosas interesantes. Veremos qué tal el siguiente libro.

¡Gracias por leer esta primera reseña!

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