He estado pensando que, para variar, estaría bien emplear
esta sección para hablar de libros que haya leído recientemente, porque a veces
la primera reacción dice más que la crítica más lejana del recuerdo. He estado
dudando entre los dos últimos libros que han pasado por mis manos y al final he
optado por éste… así que, insértese redoble de tambores invisibles, hoy por fin toca hablar de
Stephen King.
Antes que nada debería aclarar que para tratarse de un
autor tan productivo como Stephen King, que hasta la fecha ha publicado más de
cincuenta obras, la verdad es que no he leído muchos libros suyos. Para ser
sincera, sólo cuatro (cinco si contamos Mientras escribo, pero éste no
deja de ser un ensayo). Pero puedo decir que, de las novelas escritas por él
que he leído hasta ahora, La zona muerta se ha convertido en mi
favorita.
No la definiría como una historia de terror, o al menos no
en el sentido más tradicional de los primeros libros de Stephen King;
recordemos que éste es el escritor que se hizo famoso gracias a la historia de
una adolescente con poderes telequinéticos que transforma su baile de fin de
curso en una pesadilla porque sus compañeros tienen la agradable idea de
tirarle sangre de cerdo sobre la cabeza. La zona muerta sigue una fórmula
muy diferente, si bien el lenguaje y estilo del autor siguen siendo
inconfundibles. También se mantiene aquí el tema de las capacidades
parapsicológicas.
Debo decir que en realidad esta reseña me resulta muy
difícil porque para explicar bien todas las virtudes de esta novela tendría que
destripar detalles del argumento, y lo cierto es que ni siquiera me atrevería a
hacer un resumen. Aunque sólo comentara la sinopsis principal, sentiría estar
revelando de más: es un relato que te sorprende desde los primeros capítulos, y
lo mejor es aproximarse a él sabiendo lo menos posible.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1NQzKBNL0w8HcT0cWRVP6jllsqaHa6bBVR8cLjnLCrEnuvs6J920Mn4GurgVHch-ZA00NqqHxVVVPa3W99nkYg5t9l_6FcGv5HUyZKvIejWZEaeZbbJAcGf5nmXfMn0hDnDFWhN_Tnc4/s320/la-zona-muerta-stephen-king-terror-sudamericana_MLA-F-2845322262_062012.jpg)
La novela también es interesante en sus comentarios
culturales y políticos, aunque éstos no sean el centro de la narración. O quizá
precisamente por eso: a veces una sencilla observación en una frase invita a la
reflexión más que diez páginas de análisis. Hay una crítica abierta al
periodismo sensacionalista, se señala el detalle de que a menudo en el mundo de
la política se consigue hacer cosas en lo oculto porque los que podrían
denunciarlo esperan a que mejor lo haga “otro que no tenga tanto que perder”,
se muestran actitudes humanas tanto en el extremo del materialismo como en el
de la superstición… No es que sean reflexiones que cambian el mundo, pero sí
reflejan inquietudes universales que la mayoría de la gente ha tenido, tiene o
tendrá algún día.
Y hablando de eso, La zona muerta también refleja
muchas inquietudes espirituales y morales. De hecho, la base de la historia al
final consiste en tomar un acto criminal y preguntar si detrás de ello puede
haber motivaciones que lo justifiquen: una inversión de perspectivas que hace
que sea difícil no pararse un momento a pensar. Supongo que debe haber muchas
otras historias con la misma premisa; una reseña que leí de este libro indicaba
que en el momento de su publicación fue algo original pero que en los últimos
años el tema se ha sobreexplotado tanto que ahora da pereza leerlo. Aquí se
podrían debatir muchas cosas, eso está claro, pero yo indicaría que es difícil
decir que los temas de este libro están sobreexplotados cuando tanta gente aún
se los plantea de un modo u otro. Por supuesto La zona muerta no ha sido
la primera obra en señalarlos, pero eso no le quita valor: sería como decir que
ya no vale la pena escribir novelas de amor porque el tema está gastado. Como
comentaba antes, hay cosas que son universales y lo seguirán siendo. Y muchas
de las preguntas a las que se enfrenta el protagonista de la novela (cómo saber
qué es lo correcto, el porqué del sufrimiento, para qué estamos aquí… entre
otros) entran en ese abanico de cuestiones a las que solemos volver una y otra
vez.
Y aunque esta pequeña reflexión sobre el trasfondo no convenza
a nadie, La zona muerta sigue siendo una muy buena novela desde el punto
de vista literario. El lenguaje está bien expresado, la estructura es creativa,
los personajes son muy humanos, y la historia avanza a un ritmo perfecto que
atrapa al lector de principio a fin. Y esa virtud del entretenimiento, que por
lo general es tan poco reconocida, no es precisamente de las menos importantes.
me has convencido, tendré que leerlo ¿está en la biblio? :)
ResponderEliminarNo estoy segura, la verdad... Pero cuando quieras leerlo dímelo y yo te lo dejo :)
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