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viernes, 18 de marzo de 2011

Pincelada de tinta - Oxidada

Si habéis seguido este blog desde sus inicios (y como probablemente no sea así, tenéis la opción de echar un vistazo a mis primeras entradas) os daréis cuenta de que hace un tiempo pensaba que mi actividad literaria dependía de unas musas maravillosas que de tanto en tanto venían, tocaban mi cabeza con su varita mágica y se iban. Eso significa que mi mentalidad era ésta: cuando las musas me dan inspiración, escribo; cuando no es así, la página se queda en blanco.

Me ha llevado tiempo, escribir un libro y recibir algunos consejos útiles el mentalizarme de que las cosas no son así: que si quieres escribir, tienes que lavarles los pies a las musas, romperte la cabeza, dar vueltas y ensuciarte las manos (en el mejor de los sentidos, es decir, con tinta). ¿Qué quiere decir esto? Que tienes que trabajar. El descubrimiento de esta realidad supone un cambio de chip: es cuando un simple hobby se convierte en algo más serio.

Esto, sin duda, tiene un punto de negatividad según por dónde se mire. A nadie le gusta verse obligado a hacer algo que normalmente hace por pasión; es por eso que esta decisión tiene que salir de uno mismo y nadie más lo puede imponer. Pero tarde o temprano te das cuenta de que esa disciplina es el alimento de la inspiración, incluso del talento: escribe mal o bien, pero escribe sin parar. Porque si no hay disciplina, la inspiración desaparece, el talento se emborrona y hasta la pasión acaba oxidándose por la falta de uso.



Es evidente que una servidora está pasando por una de estas fases de oxidación (que antes tenía la cara de llamar sequía creativa), y por eso creo que necesito echar mano del aceite que tanto tiempo llevo sin utilizar: la mano y el bolígrafo. La falta de práctica siempre se va a notar, pero espero volver a tomarme en serio esta pasión y, de esa forma, ir mejorando poco a poco. Sacarle brillo a este blog de vez en cuando y no darle un respiro a mi cuaderno. Y si se me vuelve a olvidar, ¡dadme un toque de atención!

Me aplico esta reflexión con el tema de escribir por razones obvias, pero pienso que vale para todos los artistas, cada cual en su área. Guste o no, las musas no nos van a perseguir a nosotros. Somos nosotros quienes tenemos que fabricar el camino para ir detrás de ellas… y, al mismo tiempo, hacerles el menor caso posible.


Madrid, 7 de marzo de 2011


(Vídeo: Oxidado - Phineas y Ferb, subido por esdras124)